¡Hola a todos! Soy Charris, la mente inquieta detrás de Amorosa Viajera. En 2010, experimenté un punto de quiebre en mi vida: un divorcio que trajo consigo dolor y tristeza. Fue en ese momento difícil cuando decidí transformar esas emociones en algo productivo y liberador. En 2011 nació la idea de crear Amorosa Viajera, un espacio donde canalizar todo lo que llevaba guardado en el alma: la pasión por los viajes. Este blog se convirtió en mi refugio, una plataforma para compartir experiencias, descubrimientos y, sobre todo, aprender a apreciar la belleza que el mundo tiene para ofrecer, incluso en los momentos más desafiantes de la vida.
Fue en ese momento de transformación que decidí convertir la tristeza en algo productivo. Así nació este blog, mi refugio personal, donde canalicé mi pasión latente por la aventura. Lo que comenzó como una forma de sanar y redescubrirme, evolucionó rápidamente en algo más. Amorosa Viajera se convirtió en mi manera de compartir y guiar a otros en el descubrimiento de lugares increíbles. Este blog no solo representa mi propio viaje de sanación, sino también una invitación para que otros encuentren inspiración y belleza en cada rincón del planeta.
Quiero expresar mi profundo agradecimiento a todos los que han pasado por aquí, leyendo el blog y siendo parte de esta comunidad viajera. Cada uno de ustedes ha hecho que este viaje sea especial. A aquellos que han encontrado inspiración y ayuda en mis historias, ¡gracias de corazón!. He recorrido más de 34 países en solitario y, como ustedes, soy una de esas 8,000 millones de almas preocupadas por el estado de nuestra Tierra.
Hoy, no solo quiero hablarles como una viajera, sino como alguien que ha compartido este camino con ustedes a lo largo del tiempo. La dualidad de explorar la belleza del mundo y enfrentar la tristeza de la guerra, los desastres naturales y ver que el cambio climático cada vez se acerca más a ser irreversible, me afecta profundamente.
Quiero hablarles desde el corazón, sin rollos de experta en viajes ni creadora de contenidos, nada de eso. Quiero contarles sobre la impotencia que siento cuando pienso en lugares que ya no puedo visitar debido a la triste sombra de la guerra. Parece que vivimos en mundos paralelos, donde la belleza se topa con la tragedia.
Esta dualidad me golpea fuerte.Aveces no dan ganas de escribir ni de publicar nada. El dolor de imaginar cómo la están pasando otros, lejos de las fotos perfectas que compartimos, me afecta más de lo que puedo expresar. ¿Cómo seguir mostrando lugares hermosos cuando sé que la guerra ha dejado su huella?.
En estos momentos , quiero hacer un llamado a la acción. No importa quiénes somos ni de dónde venimos; compartimos esta casa, nuestro planeta. Estamos dejando un legado, y lo que hagamos hoy definirá el mundo que heredarán los que vienen detrás nuestro.
Unámonos para proteger nuestro hogar. Es hora de que todos, sin importar nacionalidades o creencias, trabajemos juntos por la vida, el respeto y la diversidad cultural. Es hora de defender la paz y la humanidad en un mundo que se fragmenta cada vez más. Es hora de dejar la individualidad y cuidar el planeta que habitamos por lo que nos reste de vida en él.
Compartir historias de viajes que
destaquen la belleza y la humanidad en cada rincón del mundo es un buen
comienzo. Pero no nos quedemos solo en las palabras. Actuemos. Contribuyamos a
organizaciones que luchan por la paz, la justicia y por el cuidado ambiental.
Participemos en proyectos que fomenten la comprensión y la colaboración entre
naciones.
Visualizo un mundo en donde se
respire aire puro,sin contaminación, en donde podamos recorrerlo sin miedo,
donde las fronteras se desdibujen y donde el respeto y la tolerancia sean la
norma. ¿Te sumas a esta visión?