Europa en la Encrucijada: ¿Es el fin del turismo masivo?

Imaginen esto: Venecia, un laberinto de canales y puentes, donde el único sonido que escuchan es el canto de los pájaros y el eco de las campanas de las iglesias. O Barcelona, con sus calles vibrantes, repletas de residentes haciendo sus compras diarias y charlando en catalán.

Suena idílico, ¿verdad? Para muchos locales, esta era una realidad no tan lejana. Hoy, la postal es muy diferente. Calles abarrotadas, ruido constante y una sensación de “invasión” que ha llevado a destinos icónicos de Europa a rebelarse. ¿Qué está pasando y por qué la gente está protestando contra algo tan “bueno” como el turismo?

El Lado Oscuro de la Súper Popularidad

Durante la pandemia, cuando el mundo se detuvo, muchos destinos respiraron. La vida local volvió a la calma y la naturaleza se recuperó. Pero con la reapertura, el “turismo de venganza” se desató con una fuerza sin precedentes, y con él, los problemas que algunos expertos como Noel Josephides, una figura clave en la industria de viajes, ya habían predicho hace una década.

¿La tormenta perfecta? La combinación de aerolíneas de bajo costo, que democratizaron los viajes, y plataformas de alquiler vacacional como Airbnb, que cambiaron la forma de alojarse. Esto bajó los precios y abrió la puerta a una escala de turismo nunca antes vista, transformando barrios enteros en parques temáticos para visitantes, en lugar de hogares para sus residentes.

Las Voces de la Rebeldía

Las protestas que vemos en ciudades como Barcelona, Venecia o Palma de Mallorca no son un simple capricho. Son un grito de auxilio de comunidades que sienten que están perdiendo su identidad, su tranquilidad y su hogar.

  • Barcelona: Para Maite Domingo Alegre, una residente local, su ciudad se ha vuelto irreconocible. Los precios de los alquileres se han disparado, los negocios tradicionales han sido reemplazados por tiendas de souvenirs y, lo más doloroso, los amigos y vecinos se han visto forzados a irse. El sonido de los pájaros ha sido silenciado por el ruido de la multitud.

  • Venecia: El músico Alessio Centenaro, se siente como un “salmón nadando contra la corriente”, yendo en dirección opuesta a la marea de turistas que llegan cada día. La población de la ciudad se ha desplomado, dejando un futuro incierto. Su temor es que, si los locales desaparecen, Venecia se convierta en un museo sin alma.


De “Secreto” a Saturado: El Ciclo de la Masificación

¿Cómo llegamos a este punto? El experto Noel Josephides explica un patrón que se repite una y otra vez:

  1. El Descubrimiento: Un destino poco conocido es “descubierto” por operadores turísticos boutique que buscan experiencias auténticas. La noticia se esparce.

  2. La Invasión: Las aerolíneas de bajo costo notan el potencial y abren rutas, atrayendo a miles de visitantes con tarifas cada vez más bajas.

  3. La Saturación: Los alojamientos intentan suplir la demanda, proliferando los alquileres a corto plazo. El destino “secreto” se satura.


Es un ciclo que convierte la joya de un destino en una mina de oro que termina agotándose. Esto afecta no solo a los locales, sino a la propia experiencia del viajero, que busca autenticidad y termina encontrándose con una multitud.

¿Quién tiene el “Derecho” a Viajar?

Ante esta crisis, los destinos están tomando medidas drásticas. Palma de Mallorca, por ejemplo, ha limitado la llegada de cruceros y los alquileres temporales en edificios residenciales. Otros lugares, como Bután o Ruanda, han usado tarifas elevadas para controlar el flujo de turistas y asegurar que los que lleguen valoren la experiencia y no solo el bajo costo.

Esto plantea una pregunta incómoda: ¿todos tenemos el derecho de viajar a cualquier lugar, sin importar el impacto? Pedro Homar, director de turismo de Palma, lo resume así: Queremos turistas que respeten nuestra personalidad, nuestra forma de vida, nuestras tradiciones. Si piensas venir sin un punto de vista respetuoso, decimos, respetuosamente, no te necesitamos.”

El Camino hacia un Turismo Consciente

La buena noticia es que la solución no es “rechazar el turismo”, sino reinventarlo. El objetivo debe ser poner a los residentes en el centro de la estrategia turística.

  • Dispersar las multitudes: No todo es Roma, Venecia o París. Lugares como la campaña "El 99% de Italia" buscan animar a los viajeros a explorar destinos menos conocidos y así aliviar la presión sobre las ciudades más saturadas.

  • Recuperar la esencia: Ciudades como Palma están comprando hoteles anticuados para convertirlos en espacios verdes o viviendas para los locales, y ofreciendo actividades culturales gratuitas para fortalecer el sentido de comunidad.

  • El rol de las redes sociales: Las plataformas que han creado los desequilibrios también pueden ser la solución. Podemos usarlas para mostrar la belleza de destinos menos populares y promover un turismo más auténtico.


En definitiva, se trata de viajar con un propósito y con un corazón abierto para conectar con la gente, no solo con los lugares icónicos. Como viajeros, tenemos el poder y la responsabilidad de elegir, de informarnos y de ser parte de la solución.

¿Qué piensas tú? ¿Alguna vez te ha molestado el exceso de turismo en algún lugar? ¿Qué medidas crees que son las más efectivas?







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