El verde de la inmensa selva tropical que empezaba a descubrir me extasiaba, cogí muy fuerte mi cámara fotográfica y empecé a disparar a medida que iba descubriendo entre fotograma y fotograma animales, sonidos, aromas, naturaleza, lugares majestuosos desconocidos hasta entonces por mi. Es indescriptible la sensación de pequeñez que tuve en ese instante ante la inmensidad de la naturaleza, solo me paré frente a ella y la observé detenidamente desde adentro, la escuché , la sentí, cerré los ojos y me deje llevar.
Con el pasar del tiempo y ante múltiples reflexiones he llegado a la conclusión que estamos sumidos en un mundo que nos ha bloqueado el placer de las sensaciones visuales, poco nos detenemos a observar realmente y a disfrutar de las maravillas que nos rodean. Maravillas como esta que tuve frente a mi, un lugar que no existía en mi memoria hasta ese día en el que el contacto con su aire cálido, su agua cristalina y su verdor me dejaron abiertos los sentidos al 100 %, y mi corazón estable, respondiendo a cada estimulo.
Es innegable, esta experiencia ha despertado aún más mi deseo por descubrir ( me)
Como argentino me alegra que las cataratas te hayan cautivado de esa manera, y lo mejor que expreses de esa manera tan especial. Iguazu tiene una magia muy especial, es un paisaje en movimiento, y un santuario natural.-
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